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martes, 6 de diciembre de 2011

Guía para fortalecer la relación entre hermanos

Hola a tod@s, la mamá de Eider y Olatz (pulpos y cangrejos) nos ha facilitado una completa guía donde se puede aprender a fortalecer los lazos entre hermanos. Esperamos que os sirva porque es muy interesante. Muchas gracias!!


Guía para fortalecer
la relación entre hermanos
Escrito para BabyCenter España


Cuando descubriste que estabas embarazada otra vez probablemente pensarías en los beneficios que puede traer un hermanito a tu primogénito y no en la rivalidad que puede provocar. Pero las peleas por los juguetes, las discusiones en el asiento trasero del coche y las peleas a la hora de cenar son de lo más normal cuando hay dos o más niños en casa.

Ayudarlos a llevarse bien mientras crecen es uno de los retos más importantes a los que se enfrentan los papás y mamás. Sigue leyendo para descubrir algunas de las estrategias que sugieren otros padres y nuestros expertos, para manejar los conflictos entre hermanos y crear lazos que durarán toda la vida.
  
Deja que tus hijos se cuiden entre sí
Por muy raro que suene, la geometría es una herramienta muy útil para establecer la base de una relación armoniosa. Tendemos a pensar que la familia es una especie de triángulo con los padres en la cúspide, dirigiendo a los niños. Esto es lo que dice Janis Keyser, coautora de Becoming the Parent You Want to Be (Cómo convertirte en el padre que deseas ser) y educadora para padres en California. Pero en lugar de un triángulo, es más útil visualizar un círculo en el que todos los miembros de la familia tienen algo que contribuir.

La idea, añade Keyser, consiste en animar a los niños a jugar un papel activo en el sistema de apoyo familiar. Con la práctica, serán menos rivales y más colaboradores.

"Yo lo llamo evadirme de mi trabajo", dice Keyser. "Como madre, por mucho que me guste cuidar de mis hijos y darles cariño, tengo que dejarles espacio para que se cuiden entre ellos. Eso les permite explorar una interacción que pueden ir desarrollando a lo largo de sus vidas".

Keyser cuenta una anécdota de su propia vida, la vez que su hijo Calvin, jugando cuando tenía 4 años le dio una patada sin querer a su hermanita Maya. Keyser logró aguantarse las ganas de ir a consolar a la niña y dejó que lo hiciera el propio Calvin. Poco después, Maya dejó de llorar y sonrió a su hermano.

Esa experiencia le permitió a Calvin verse a sí mismo como una persona compasiva en lugar de como un chico problemático. Y Maya pudo ver a su hermano mayor como alguien cariñoso y dulce.

A lo largo del día hay muchas oportunidades para animar a tus niños a demostrar cariño: deja que el mayor le lea a su hermanita un cuento antes de acostarse; pregúntale a la pequeña si quiere darle un abrazo al mayor antes de la siesta. Sugiérele al pequeño que le dé a su hermana mayor un beso cuando ésta llora porque no la invitaron a una fiesta. Cuando uno de los niños tiene problemas con algún amigo o está frustrado por tener que recoger el tren del salón, puedes preguntarle al otro: "¿Cómo le puedes ayudar?".

Un día te darás cuenta de que tu precaria posición en lo alto del triángulo ha cambiado por otra más segura dentro de un círculo familiar más equilibrado.
  
Respeta la individualidad de cada hermano
A veces es tentador decirles a tus hijos que los quieres por igual, pero la realidad es que ellos no quieren oír eso. "Ellos quieren saber que los quieres de forma especial, no por igual", dice Adele Faber, coautora de un libro que hizo historia: Siblings Without Rivalry. (Hermanos sin rivalidad).

"Conocí a una madre que les decía a sus hijas: 'Sóis mis tres ositas. Os quiero a todas por igual'. Pero eso no las dejaba satisfechas", dice Faber. En lugar de eso, podrías decir algo así: "Eres mi única Margarita. En el mundo entero no hay nadie como tú. Nadie tiene tu imaginación, tus sentimientos ni tu manera de hacer las cosas. Tengo mucha suerte de ser tu madre".

El objetivo es que cada hijo se sienta valorado como un individuo. Otra manera de hacer esto es ofreciendo halagos específicos: "¡Qué bien! Te has abrochado la camisa tú solita". "Has limpiado el plato sin que te lo diga yo". "Al darle un trozo de esa magdalena a tu hermana le has hecho sentir bien".

Ten cuidado de no comparar, dice Faber. Nada genera más resentimiento que alabar a uno a expensas del otro. Por ejemplo, evita comentarios como estos: "¿Por qué no puedes vestirte como se viste tu hermana? Ella siempre se va bien arreglada", o "Tu hermanito tiene mejores modales que tú, ¡y ya tienes 6 años!".

Incluso comparaciones elogiosas pueden generar hostilidad entre hermanos. Puede que tus intenciones sean buenas cuando le dices al mayor: "Ya te vistes solo, como un hombrecito, no como el bebé". Pero lo que puede suceder es que el mayor se esfuerce tanto en ser siempre mejor que su hermano pequeño, que se sienta amenazado cuando éste crezca y sea capaz de vestirse solo.

Asimismo, intenta evitar identificar a tus hijos con ciertos papeles, como el Cerebrito, la Belleza, el Tranquilo, el Simpático o el Difícil. Los niños tienen que experimentar con múltiples papeles mientras crecen, y corres el riesgo de que el Problemático se convierta en eso para toda la vida y sienta envidia del Artista o de cualquier hermano que "tenga" el papel que él desea.
  
Dale al primogénito la atención que merece
El recién nacido puede acaparar toda la atención pero trata de dedicar parte del tiempo a estar sola con el mayor, aunque sea unos minutos al acostarlo o, simplemente, escuchándolo de verdad cuando te habla", dice la experta y autora Marian Borden.

"Gran parte de la rivalidad entre hermanos tiene que ver con la atención", añade Borden. Hacer ver al hermano mayor que no ha sido sustituido por el pequeño y que sigue teniendo un vínculo especial contigo, previene en gran medida el resentimiento.

Piensa en maneras de ayudar a tu hijo mayor a que no se sienta relegado cuando cuidas al recién nacido. Por ejemplo, si estás a punto de darle el pecho al bebé, puedes decirle al mayor: "Ahora tengo que darle de comer al bebé, ¿quieres sentarte a mi lado para que te lea algo o prefieres descansar?". Así le estás expresando que también te interesas por lo que él quiere.

De vez en cuando tampoco te olvides pensar en él antes que en el bebé. Alguna vez, cuando éste llore, en lugar de decir: "Espera un poco que el bebé está llorando", Faber recomienda decir: "Espera un minuto, chiquitín, ahora tengo que atarle el zapato a Carlos que tiene que irse al cole". El bebé puede esperar unos cuantos minutos y el hermano mayor se da cuenta de que, a veces, tu prioridad es él.
  
Acepta el conflicto, no lo reprimas
Hagas lo que hagas, el conflicto entre hermanos es un elemento inevitable de la vida familiar. Esperar que tus hijos se quieran y se apoyen el uno al otro siempre, genera expectativas poco realistas, tanto en ti como en ellos.

Ayúdales a tus hijos a entender que es normal enfadarse e irritarse de vez en cuando, incluso con las personas que queremos, sin que signifique que nos importan menos. Eso les ayudará a no sentirse culpables sólo por haberse enfadado. Después puedes ayudarles a encontrar maneras positivas de expresar sus sentimientos y solventar sus diferencias.
  
Escucha sus quejas y reconoce lo que les preocupa
Faber dice que el consejo más importante que ella da a los padres es escuchar las quejas contra los hermanos y no desecharlas sin más. "Lo mejor que puedes hacer es escuchar a cada hijo con respeto y luego animarlos a que se escuchen entre sí".

Te entrará la tentación de hacer de juez ("Siempre abusas de tu hermana pequeña"), jurado ("Me pongo del lado de María porque le quitas todos sus juguetes") y carcelero ("Hasta que aprendas a compartir con Pablo tu robot, ¡castigado a tu habitación!"). Pero la clave está en aguantarte y dejar que sean ellos quienes lo resuelvan.

Simplemente escuchar al niño cuando dice que siente envidia, o está enfadado o dolido con su hermano reduce su resentimiento porque se da cuenta de que lo estás apoyando. No tienes que estar de acuerdo con él. Tu papel es el de un mediador sereno que escucha la versión de cada hermano y hace que ambos se sientan comprendidos.

 Ayúdalos a manejar su ira
Cuando las cosas se ponen feas, muchos padres suponen que uno de los niños es el agresor y el otro la víctima. "Esa percepción no ayuda a que encuentren una solución mutua", dice Keyser. En vez de eso lo que consigue es obligar a los padres a tomar partido por uno o por otro, y ello sólo favorece el resentimiento

Según Keyser, la mejor intervención es encontrar un medio de apoyar a los dos. "Es bueno recordar que si un niño se comporta agresivamente es porque se siente infeliz". Si uno de tus hijos le está pegando al otro, probablemente es su forma de decir: "Me siento frustrado y asustado, y no sé cómo decirte lo enfadado que estoy".

Si la discusión se ha convertido en pelea, sepáralos y diles que no puedes permitir que se hagan daño. Cuando los hayas separado, dales un momento para que se tranquilicen. Luego, pídeles que expresen su frustración de una manera más positiva.

Keyser recomienda decir: "Parece que estás muy enfadado. Me pregunto si hay otra manera más tranquila de expresar ese sentimiento para que tu hermano sepa lo que te ocurre".

 Pasa del conflicto a la reconciliación
Faber sugiere que ayudes a tus niños a identificar sus sentimientos ("¡Parece que estáis muy enfadados!") o deseos ("Santiago, ya veo que te encantaría jugar con ese camión de bomberos"). A continuación, puedes guiarlos para que encuentren una solución pacífica a su conflicto ("¿Por qué no imagináis que hay un incendio y lo apagáis juntos?", o "¿Queréis que pongamos el reloj y jugáis por turnos con el camión?").

En caso de un niño pequeño al que todavía le cueste hablar y trate de expresarse a base de patadas y gritos de rabia, puedes poner voz a sus sentimientos, por ejemplo: "Te has enfadado mucho porque el bebé te tiro la construcción de bloques. Vamos a buscar un sitio donde puedas jugar con ellos para que eso no vuelva a pasar".

Cuando tus hijos discutan (y lo harán), es importante que te recuerdes a ti misma, y ellos recuerden, lo más importante: que la familia dura toda la vida. "Una cosa que nunca puedes quitarles a tus hijos es su historia compartida", dice Faber. "Nadie compartió esos años en esa casa con esos padres. Eso será suyo para siempre. A partir de ahí pueden formar un vínculo muy fuerte".
  
Los siete consejos de BabyCenter: Respuestas estupendas para las quejas de los hermanos
¿Nunca has deseado tener una respuesta mejor para las preguntas y quejas de tus hijos respecto a sus hermanos? Veamos algunas sugerencias de Adele Faber para responder inteligentemente.

1.HERMANO MAYOR: "Por qué vas a tener otro bebé? Yo no quiero a nadie más".
En lugar de: "Verás cómo quieres al bebé. Vas a tener a alguien con quien jugar".
Considera: "¿Eso es lo que sientes? Cuéntame más. Luego te diré que tú siempre serás mi único y queridísimo hijo mayor".
  
2. HERMANO MAYOR: "¿A quién quieres más?"
En lugar de: "Os quiero a los dos igual"
Considera: "Esa es una pregunta muy difícil porque los dos sois especiales para mí. Os quiero a cada uno por ser como son".

3. HERMANO MAYOR: "¡Ga, ga, gu gu … ua, ua … mamá!".
En lugar de: "Deja de comportarte como un bebé. Ya eres un niño mayor".
Considera: "¿Quieres jugar a los bebés? Ven, siéntate en mis rodillas para que te arrulle".

4. HERMANO MAYOR: "Siempre le prestas más atención a ella que a mí".
En lugar de: "¡Eso no es verdad! Te presto atención constantemente".
Considera: "¿Te gustaría pasar más tiempo conmigo? A mí también me gustaría pasar más tiempo contigo. ¿Quieres que juguemos los dos solos más tarde?"

5. HERMANO MAYOR: "¿Por qué siempre te pones de su parte?"
En lugar de: "Yo no me pongo siempre de su parte, pero a veces tú te comportas muy mal con tu hermanito".
Considera: "¿Eso crees? ¿Por qué no me ayudas a entender mejor lo que sientes para que pueda ser justa con los dos?"

6. HERMANO MAYOR: "Odio a mi hermana"
En lugar de: "No es verdad; quieres a tu hermana"
Considera: "Algo de lo que ha dicho o hecho tu hermana te ha enfadado mucho".

7. HERMANO MAYOR: "Me gustaría que este bebé no hubiese nacido nunca".
En lugar de: "¿Cómo puedes decir algo tan desagradable de tu hermanito?"
Considera: "Algunas veces sí que te gusta el bebé, pero ahora no lo quieres aquí. Yo sé que los bebés pueden ser muy molestos a veces, pero cuando sea más mayor y puedas jugar con él te encantará"
FUENTE: www.babycenter.es

1 comentario:

  1. ¡¡¡Muchas gracias a la mamá, la profe que nos lo hizo llegar y a Paloma por colgarlo!!!

    Yo me lo leí de un tirón, y aunque sea un tópico, de todo se aprende ;)

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