¡HolaPapis!
Soy AnaM. (profe de cocodrilos), nunca me habían llamado tantas veces por mi nombrecompleto más que en esta escuela, y aunque no me gusta mi nombre enteroya me he acostumbrado. Todo tiene su explicación ya que somos dos Anas ytrabajamos juntas codo con codo en las clases contiguas, desde que comenzamosnuestra aventura en esta escuela.
Llevo yamuchos años trabajando con niños, la friolera de 12…y cada día estoy más segurade mi vocación…me encanta trabajar con niños. Desde chiquitina es lo quesiempre quise ser “Maestra”, recuerdo uno de los momentos más felices de mivida, cuando recibí la carta desde la universidad autónoma donde decían quehabía sido aceptada para magisterio de infantil.
Desdeentonces he trabajado en varias escuelas y colegios, con niños de todas lasedades desde los 0 a los 6 años. Cada edad es especial, cada curso intenso ydisfrutado al máximo, llenos de magia, sonrisas y momentos que no olvidarenunca.
Ypara no ponerme más tierna seguiré contando cosas sobre mí, me encanta dibujary hacer cosas de manualidades, siempre estoy inventando la manera desorprenderles... este curso por ejemplo, hicimos una casita para clase y unacocinita con cajas de cartón.
Meencanta leer todo tipo de cuentos y libros, me gusta mucho la música en todossus estilos y viajar por distintos lugares, pero sobre todo me chifla mitrabajo.
Empezamosnuestra aventura en esta escuela el año pasado en la clase de bebes, siendoBlancanieves y los ocho enanitos, qué momentos tan divertidos y entrañablespasamos con todos…y así poco a poco creciendo llego el siguiente curso y nosconvertimos en cocodrilos con nuevos amigos que se incorporaron a la clase.Deciros que disfruto cada día viéndoles crecer, explorar y descubrir cosasnuevas, me encanta verles jugar y experimentar con todo lo nuevo que les rodeay llama su atención. Me encanta contarles cuentos, cantar canciones y ver suscaritas de sorpresa cuando algo les alucina. Pero lo mejor de todo condiferencia es sus sonrisas por la mañana al llegar a clase…sus abrazos y besoscuando estamos jugando, porque no hay nada como compartir la felicidad que tenemos cada día.